Nuestro país cumple los objetivos en reciclaje de envases, pero la Comisión Europea alerta de que está lejos en materiales como aluminio o papel y que debe disminuir lo que termina en el vertedero
En un continente en el que cada habitante genera más de media tonelada de residuos al año, se va a trazar una nueva línea para garantizar un procesamiento adecuado de estos desechos urbanos. En 2025 los países miembros de la Unión Europea deben lograr el reciclado del 65% de los envases, el 75% para el papel, el 70% del vidrio, el 50% de los plásticos y el aluminio y un 25% de la madera usada.
En el más reciente ‘informe de alerta temprana’ de la Comisión Europea se reconoce que la «mayoría» de los países ya han puesto en marcha, o están en proceso, reformas para lograr un «enfoque más circular y un aumento» en el reúso y reciclado para esa fecha.
¿En qué punto está España? El reciclaje de envases ha aumentado 37 veces desde que en 1998 pasaran por ese proceso de reconversión unas 44.000 toneladas. El año pasado fueron más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos ligeros (plástico, latas, briks, papel y cartón), según los últimos datos publicados por Ecoembes, con un crecimiento de 3,6% con respecto al periodo anterior. De esa cantidad, 1,2 millones había sido depositado por la gente en los contenedores amarillos y azules de la calle, y otros cubos de colores específicos. Unos 27 kilos por persona de latas, briks, papel, cartón y envases de plástico cada año.
Con estas cifras, y un contenedor cada cien metros y más de 56.000 papeleras de colores, España es uno de los países que se acerca a la meta fijada por la nueva normativa de la UE para el reciclado de envases, según la proyección europea. El reciclado actual es del 68%, según los últimos datos, un porcentaje por encima de lo que se estipula para dentro de 15 meses, y cerca al 70% fijado para 2030, aun cuando la generación total de envases tiene un aumento «sustancial» del 4% en diez años en la UE. También va por buen camino en el reciclaje del vidrio, metales férreos y maderas.
Mayor esfuerzo
Sin embargo, España está lejos aún de lograr las metas para el conjunto de basura. Con unos 420 kilos de residuos por persona al año (algo por debajo de la media europea), apenas llega a una tercera parte reciclada, según estadísticas de 2020, lejos del 55% planteado por Europa para 2025. Y más de la mitad de los desechos generados terminan en el vertedero, cuando lo que permitirá la nueva normativa será una décima parte.
Con un aumento en la generación de residuos en los últimos años, la UE incluye a España en su listado de posible incumplimiento en el conjunto de los residuos urbanos. Las autoridades continentales advierten de que el plástico es «el material en una situación más crítica», con 19 países en riesgo de no cumplir con el objetivo de reciclaje. Las autoridades continentales advierten que «la mejora continua de la recogida separada sigue siendo esencial para perfeccionar los resultados del reciclado».
«Con un aumento en la generación de residuos en los últimos años, la UE incluye a España en su listado de posible incumplimiento en el conjunto de los residuos urbanos»
Informe de alerta temprana
Comisión Europea
Lo que termina en el vertedero debe ir en continuo descenso, pero la tendencia se ha estancado desde 2017, con una cuarta parte de los residuos urbanos acumulados sin destino, en el conjunto de la UE en 2020. Preocupa que todavía once países depositen más de la mitad de sus basuras en estos puntos, incluso sin realizar un tratamiento previo, como obliga la directiva vigente.
España aún se encuentra también lejos del objetivo del 10% para 2035 (junto a otra docena de países: Bulgaria, Chequia, Chipre, Croacia, Eslovaquia, Grecia, Hungría, Letonia, Malta, Polonia, Portugal y Rumanía). «La desviación del objetivo merece una mayor atención y requiere la puesta en marcha de medidas correctoras», sostiene la Comisión Europea. En diez años el reciclaje y reutilización de residuos urbanos aumentó del 37% al 47%, una cifra esperanzadora aunque de «lento» avance. El objetivo final es la «contaminación cero».
